JUGANDO AL AJEDREZ
Martes, Julio 10th, 2007REINA COME CABALLO
por
LOU CARRIGAN
1
La primera vez que sucedió, el mayordomo Charles se llevó un susto tremendo, y, ciertamente, se guardó muy bien de decírselo a nadie.
¡A buena hora iba él a comentar lo que había visto!
En primer lugar, sería tanto como decir que él espiaba a la señora, lo cual era perfectamente creíble. Y en segundo lugar, nadie iba a creer su relato.
Así son las cosas. Una cosa perfectamente creíble y la otra cosa totalmente increíble. Tan increíble que, finalmente, Charles llegó a convencerse a sí mismo de que no lo había visto, que lo había soñado, o quizá pensado, o que había tenido una alucinación. En fin, cualquier cosa así de peregrina; todo, menos que lo había visto con sus propios ojos, conscientemente, y que había sido una realidad.
De modo que el susto se fue amortiguando y la verdad de lo que había visto comenzó a tener visos de fantasía incluso para sí mismo. Y posiblemente habría llegado a olvidarlo ayudado con la idea de que había estado borracho cuando creyó ver aquello, si no lo hubiera vuelto a ver unos quince días más tarde.