INTERNET, DIVINO TESORO
Naturalmente muchos ya se habrán dado cuenta de que el título INTERNET, DIVINO TESORO es un remedo del poema de Rubén Darío titulado "Juventud, divino tesoro", y se me ocurrió precisamente por dos motivos. A) lo mucho que me ha gustado y he admirado siempre a Rubén Darío desde mi lejana juventud. B) Porque en efecto y sin dudarlo considero que Internet se ha convertido en un tesoro para todos nosotros en el ámbito de la comunicaciòn. Pero bueno, no voy a descubrir nada nuevo hablando de Internet, y no se me pasa por la imaginaciòn semejante petulancia; esto aparte de que, seguro, quienes están leyendo esto saben mucho más que yo del tema. Pero tal vez alguno no conozca a Rubén Darío tan bien como yo, y por si es así, voy a incluir aquí unos datos sobre el poeta, con la recomendación de que quienes no lo conozcáis os apresuréis a buscar sus libros para disfrutar de buena prosa y buenos versos. Por verdadero nombre Félix Rubén García Sarmiento este poeta nació en Metapa, Nicaragua, el año 1867, y falleciò en 1916 en León, Nicaragua. Buen amigo de España y por cierto de toda América, dejó infinidad de poemas, la mayoría de los cuales podéis encontrar en sus libros Azul…, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza, Poemas del otoño, Poemas en prosa, El canto errante, Cuentos y Los raros. Para vuestro inicio en la degustación de su poesía exquisita, me he tomado el trabajo de teclear la bellísima
Canción de otoño en primavera
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuado quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer…
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé.
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuado quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer…
Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía…
En brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé…
y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe…
Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuado quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer…
Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.
poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también…
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuado quiero llorar, no lloro…
¡y a veces lloro sin querer!
¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín…
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuado quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer…
¡Mas es mía el Alba de oro!
Hermoso poema de Rubén Darío maestro.
Y aunque no venga quizás al caso lo que ahora comentaré (puesto es un poema bello) la verdad es que conocí a Darío en una ocación que dentro de una selección de cuentos de terror había uno suyo, titulado “thanathopia”.
¡Así comencé a conocer a Darío! ¿Curioso verdad?
¡Abrazote maestro!
Atte: ODISEO…Su fan número uno de Chile.
Comentario por ODISEO — Diciembre 24, 2010 @ 3:07 am
Querido ODISEO, a mí lo que me parecería curioso es que alguien no conociera a Rubén Darío. En cuanto a ti ya suponía que SÍ lo conocías.
Abrazo poético.
LOU
Comentario por Lou Carrigan — Diciembre 24, 2010 @ 12:06 pm