Lou Carrigan

Muslih-Ud-Din Saadi

Poeta persa

  1184-1291

 

Si la fuente de los datos que consigno no contiene error, este personaje vivió nada menos que 107 años. Con tanto tiempo se pueden adquirir muchas experiencias, y no todas gratas, ciertamente. Por ejemplo, una de esas experiencias dio lugar a esta frase del poeta: Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque.

Interesante reflexión, que podría dar lugar a que pensáramos que el poeta era un pesimista o un derrotista. Pero basándome en la lectura de varias de sus obras, me atrevo a catalogarlo de modo muy diferente, y para ello me baso en una de las anécdotas o actitudes que se le atribuyen. Es un relato muy breve y sencillo, pero sobre cuyo contenido y significado no caben dudas ni misterios. Helo aquí, tal como hace años está en mi memoria:

<<Cuenta Saadi, el poeta persa, que cierto día se cruzó con un hombre que lloraba desconsoladísimo porque no tenía babuchas. Para consolarlo, Saadi se limitó a señalarle a otro hombre sentado en el suelo pidiendo limosna…, y que no tenía piernas.>>

En tiempos de crisis es bueno tener amigos como Saadi.

 

… Pero no se trata de que Lou Carrigan sea cruel o malvado, nada de eso, y mucho menos sádico. Simplemente, quien se estaba muriendo era el Año2013, y eso no se puede evitar ni siquiera en las novelas. Además, ya sabéis lo que dice el propio Lou: nada es eterno; ni siquiera la Eternidad.

Así que, muy consecuente y humano, Lou dejó morir a 2013 en digna soledad, y fue a recibir a 2014 en compañía de Brigitte y Número Uno en Nueva York..

A todos:

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

 

     Esto que estoy leyendo no es una novela, ni otro libro cualquiera. Es, ni más ni menos, la libreta secreta de Notas de Lou Carrigan, donde va apuntando las ideas que se le ocurren para sus novelas. Sólo que en esta ocasión no estoy leyendo una nota imaginativa, sino algo que le ha ocurrido realmente al propio Lou.

     He aquí la “nota”.

     Estaba yo mirando la hermosa bahía por el ventanal del despacho de mi palacete de Miami Beach, cuando, de pronto, me llega la idea que estaba necesitando para la novela de turno. Con una exclamación de alegría, me volví hacia la mesa de trabajo, y me disponía a sentarme en el sillón giratorio para comenzar a teclear ante el ordenador cuando, de repente, quedé pálido por la sorpresa y el consiguiente sobresalto al ver el cadáver tendido en el sofá. Imaginaros: ¡un cadáver en mi residencia, en mi despacho, en mi sofá!, así, por las buenas…, quiero decir, por las malas. Imposible, sencillamente. ¿Podía ser que estuviera viendo visiones? Me acerqué al sofá. Me quedé mirando el cadáver, y de repente me di cuenta de que lo conocía. ¡Vaya si lo conocía! No era cadáver todavía, simplemente estaba agonizando.

     -Lou –me dijo con leves susurros-… Lou, ayúdame… a sobrevivir…

-Ni hablar de eso –le repliqué sonriendo-… Es más: mientras tú mueres yo voy a celebrarlo con unas copas de champán…

 

Como en anteriores ocasiones,

os obsequio con un christmas realizado

por mi gran amigo el pintor

Lluís Montañá Alsina

Con mis mejores y sinceros deseos

FELIZ NAVIDAD

Y

ESPLÉNDIDO 2014

   

 O  GOZA  O  MUERE

 

Existe en lo hondo de mi mente

como una resonancia de olvidadas cosas,

chispas que taladran con luz mi oscuridad

como un grácil revolar de mariposas.

 

Existe en mi profunda conciencia

como cálido recuerdo de otro instante,

un saber que hay algo hermoso, subyugante,

algo que ya va vislumbrando mi consciencia.

 

Existe, sí, en cada ser de este mundo

un aliento de vida y de hermosura,

un amor, una esperanza, ¡una locura!

de alcanzar del vivir lo más jocundo.

 

Existe bajo el terso firmamento

un lugar donde fuimos obsequiados, de repente,

con el goce de vivir, de amar en todo tiempo,

de convertir la existencia en un deleite.

 

Un deleite interior, de cada uno,

un goce de vivir uno por uno

los ruidos interiores de este cuerpo,

que son vida, son placer, son testimonio,

del aliento de vida y de hermosura

que late breve tiempo dentro nuestro.

 

Breve tiempo en el latir del universo,

tan breve, tan pequeño, tan fugaz e intenso

que diríase que jamás existió ni un momento

esa tierna materia que es el cuerpo.

 

Breve tiempo de brevísima ternura,

tiempo justo de pasar volando

para hacer de esta vida dicha pura,

dicha de vivir, de estar aquí, de estar amando.

 

Breve tiempo de amor y de hermosura,

que se va cuando aún no hemos sabido

que ignorarlo es cosa de locura,

pues jamás volverá la vida que se ha ido.

 

Breve tiempo para que comprenda nuestra mente

las palabras de este mi poema: o goza o muere,

porque gozar es vivir eternamente,

sufrir es cruel sucedáneo de la muerte.

 

            ANTONIO VERA