Lou Carrigan

DEDICADO A MI NIETO DAVID,

crack creador, director y consejero de esta weblog.

I N T E R N E T E A N D O

     Una vez más, interneteando me lo he pasado la mar de bien… Sí: interneteando. O sea, el gerundio de internetear. Ya sé, ya: el verbo internetear no está en el diccionario, pero tampoco está chatear y quien más quien menos chatea lo suyo. Me refiero a chatear en la red, no a empapurrarse de vasos de vino. (Pues vaya, tampoco está empapurrarse… ¿De dónde he sacado yo esta palabreja? Sí, menos mal, “palabreja” sí consta en el DRAE.)

     Tampoco constan en el DRAE los verbos gilipollear, estupidear, imbecilear…, pero sí constan por ejemplo, bigardear, embustear y cobardear, lo que al menos a mí me resulta chocante, pues no comprendo que se pueda bigardear [De bigardo.1. intr. coloq. Dicho de una persona: Andar vaga y mal entretenida]; y “utilizar frecuentemente embustes y mentiras” y “tener o mostrar cobardía” y no se pueda tener o mostrar estupidez, imbecilidad, gilipollez y otras diversas gracias humanas.
     En fin, esto del Diccionario habrá que someterlo a un referéndum especial entre las gentes del buen vivir y escribir a las que nos gusta disponer de la mayor cantidad posible de recursos para expresarnos según nuestro más o menos retorcido modo de pensar…, aunque ya comprendo y admito que algunas palabras suenan raras –al principio–, como esto de internetear, chatear y ustedear; pero no me digan ustedes que no suenan igualmente raras Dingolondango y Sándwich.
     En cuanto a dingolondango, veamos: 1. m. coloq. Expresión cariñosa, mimo, halago, arrumaco. U. m. en pl.
     Respecto a sándwich, tenemos: (Del ingl. sandwich, y este de J. Montagnu, 1718-1792, cuarto conde de Sandwich, de quien se cuenta que se alimentó de esta clase de comida para no abandonar una partida de cartas).1. m. Emparedado hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos.
     Lo del dingolondango, cuando menos es gracioso. Lo del sándwich, es pasmoso. A ver: ¿por qué hemos de recurrir a un conde inglés para decir emparedado,  bocadillo y hasta si me apuran bocata, palabras de resonancias hispánicas y que constan en nuestro Diccionario? Ya. También consta sándwich –ahora–; pero ¿para qué? Porque recurrir a bricolaje tiene sentido, ya que no hemos sido capaces de inventarnos una expresión equivalente en nuestro idioma y hemos tenido que resignarnos a esta francesada, pero lo del conde británico no se justifica. Ah, ¿que esa palabra está en la calle? De acuerdo, pero también están en la calle chat e internet, ¿no es cierto? Y otra cosa; si hemos aceptado bricolaje, ¿por qué no ponemos también bricolar o bricolajear?
     Pero a lo que iba. Una vez más, paseando por Internet Avenue he encontrado, como es frecuente, noticias curiosas. En esta ocasión quisiera destacar tres de ellas.
     En una, no sé cómo ni por qué, se pasa de mi weblog por medio del PopStats a una serie de enlaces porno, en los que entré para echar un vistazo y acabé por enfadarme, no por su contenido, pues mi moral es muy fuerte y puedo resistir este tipo de tremendas impresiones, sino porque me fastidia que me mientan, y más de modo tan descarado. Vamos a ver: ¿por qué anuncian porno gratis si luego me piden dinero? Yo reivindico que lo porno no esté reñido con lo serio. Vale.
     En otra noticia, se pone en boca de la actriz Zsa Zsa Gabor estas palabras: <Ningún hombre rico es feo>. Vaya, menos mal, ya puedo presumir de guapo. Esto aparte, creo que voy a mejorar muchísimo la sospechosa frase de la señora Gabor: <Ninguna persona simpática es fea>. Ergo, la señora Gabor es guapísima. ¿O no…?

     La tercera noticia es más seria, a mi entender. Dice que frente a Rio de Janeiro hay unas 365 islas, auténticos paraísos tropicales, que están a la venta por medio de inmobiliarias (en otro párrafo se dice textualmente que <alrededor de 500 [¿] de esas islas pertenecen a un solo dueño y deberán ser vendidas en su totalidad> Así que… ¿365, o 500, o cuántas islitas?) Sea como sea, se vendan en lote o se vendan de una en una, parece que el precio mínimo por cada uno de estos paraísos es de 600.000 dólares, según la revista Isto é.

 

      Una de las inmobiliarias cariocas especializadas, sita en la bahía de Paraty, ofrece por el momento ocho islas. La inmobiliaria Angra, sita en Angra dos Reis, frente a la mismísima Rio de Janeiro, ofrece tres islas cuyos precios están entre los 2.500.000 y los 10.000.000 de dólares. Se supone que es debido a estos precios que se han impartido serias advertencias en el sentido de que antes de comprar uno se asegure bien de que los documentos del caso están en orden; esto cuesta el 5% de una tasa sobre el precio de compra que se ha de pagar inapelablemente. Luego, ya propietario de la islita elegida, uno sólo tiene que preocuparse de pagar anualmente los impuestos, equivalentes, más o menos, al 0,60% del valor de mercado de la propiedad.
     Por supuesto, a mí estos precios y gravámenes me parecen acordes con el hecho privilegiado de vivir en A Cidade Maravilhosa. Claro que también se puede vivir en las favelas, que sale un poco más barato. 

     En cualquier caso, considero un privilegio vivir en Rio de Janeiro, que es la ciudad más bella del mundo, la que más me gusta y más quiero (aparte de la mía, claro está) y donde tengo buenos amigos. Tan buenos, que si alguno de ellos comprase en breve una de esas islitas (lo que no sería de extrañar, pues además de buenos son pudientes e inteligentes) tengo por seguro que me invitará a pasar ahí unos cuantos días para convencerme una vez más de que O Rio es bella y la vida maravillosa.

     Un afectuoso saludo desde Internet Avenue.
     LOU CARRIGAN

 

 

This entry was posted on Domingo, Mayo 13th, 2007 at 12:04 pm and is filed under Internet Avenue. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.